9. El Molino de Baqué
Durante la década de los setenta del siglo XX se demolió un viejo edificio llamado el molino de Baqué, de planta baja y dos pisos, para abrir la actual calle dels Blanquers. Se trataba de un antiguo molino harinero de origen medieval, con un salto de agua de 3,5 metros, que aún estaba en activo a principios del siglo XIX. A finales de ese mismo siglo, al lado del molino se construyó un nuevo edificio, ocupado por una curtiduría. Durante los años treinta del siglo pasado, y bajo el nombre de “Fábrica Hijos de Narciso Franch”, se elaboraban guantes de piel que eran exportados a Holanda e Inglaterra.
La industria curtidora, documentada en Banyoles desde la Edad Media, necesitaba abundante agua para lavar las pieles. Por eso muchas se concentraban alrededor de las acequias. También requería la proximidad de molinos de corteza (de pino, encina, roble, castaño u hojas de roldón), de donde se obtenían los taninos que permitían curtir la piel y convertirla en cuero.
Los oficios de la piel
El proceso de obtener cuero se iniciaba con la adquisición de la piel en los mataderos y carnicerías. Las operaciones preliminares las solía hacer el curtidor, que tenía que limpiar las pieles y descarnarlas. En este proceso se utilizaba cal, que a la larga dejaba el obrador emblanquecido, de ahí el nombre de "blanquers" (curtidores) en catalán. Después las pieles se rendían y se curtían con taninos vegetales. En este punto entraban los zurradores, que se encargaban de untar con grasa y darles flexibilidad a las piezas. Finalmente solo faltaba la confección final, donde el cuero se convertía en zapatos, guantes o cualquier otra pieza.
¿Sabíais que...
durante la Guerra de la Independencia Española (1808-1814) el molino, que albergaba un cuerpo de guardia napoleónico, fue asaltado por una compañía de guerrilleros locales contrarios a la ocupación francesa?