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Rocas vivas y agua en movimiento: el origen del lago

Se hace extraño pensar que bajo nuestros pies circula agua procedente de la Alta Garrotxa, a 20 kilómetros de distancia, que va deshaciendo las rocas calcáreas y los yesos que forman el subsuelo en un viaje que puede durar hasta once meses. Hace cientos de miles de años que la presión de esta agua hunde el terreno  cárstico para crear cuevas o dolinas, donde termina apareciendo una laguna –¡o un lago entero!– si hay un punto de surgencia de agua (¡debajo del Estany de Banyoles se han encontrado hasta trece!). Si miramos al suelo, también podremos ver otra muestra de estas rocas calcáreas vivas: los travertinos, o piedra de Banyoles, formados por la acumulación de capas de cal que va depositando el agua que mana del sistema cárstico. Los travertinos son un material dócil pero firme, que abunda en estado natural a orillas y dentro del lago, pero también en las calles y edificios de Banyoles.

  1. La laguna de la Cendra se puede visitar haciendo la ruta de La Puda y Les Estunes.
  2. Los travertinos, conocidos como piedra de Banyoles, se utilizan en la construcción.
  3. Travertino en formación dentro de las aguas del lago.
Fauna y flora para ver y escuchar

Probad de hacer este ejercicio: cuando caminéis por los alrededores del Estany de Banyoles, deteneos un momento. Observad y escuchad con atención. Mirad al suelo, entre las plantas. Contabilizad cuántos insectos, pájaros, árboles y olores diferentes llegáis a percibir. No terminaréis nunca. La diversidad animal y vegetal asociada a una cuenca lacustre como la de Banyoles incluye una larga lista de especies: desde aves como el ánade real, la gallineta común o el martín pescador hasta mamíferos como la nutria, reptiles como las serpientes de agua, peces como anguilas y barbos, más de trescientas especies de mariposas o flora como sauces llorones, álamos blancos, alnos, juncos, nenúfares o la cola de caballo.


Las más fotografiadas del Estany de Banyoles: las pesqueras

Pocas fotografías promocionales de Banyoles encontraremos donde no aparezcan estos pintorescos edificios construidos sobre pilares dentro del agua del lago. En poco más de cien años –desde 1818 hasta 1931– se construyeron en la orilla este y sur hasta veinte pesqueras, la mayoría de propiedad privada. Se trata de edificios de una sola planta de estilos arquitectónicos diversos que pasaron de almacenar material de pesca a convertirse en zona de recreo para la burguesía de Banyoles y los veraneantes de principios del siglo XX, atraídos también por las nuevas avenidas arboladas que conducían hasta allí. Más allá de fotografiarlas desde la distancia, algunas pueden visitarse, como la que alberga la Oficina de Turismo y la Gimferrer.

La diversidad animal y vegetal asociada a una cuenca lacustre como la de Banyoles incluye una larga lista de especies.
  1. Ánade real, nenúfares y juncos en el lago, a orillas del paseo de Lluís Marià Vidal.
  2. La pesquera Gimferrer, cerca del parque de la Draga.
  3. La pesquera La Carpa d'Or, una de las más fotografiadas y emblemáticas.

Agua domesticada: acequias y lavaderos

La domesticación del agua es el origen de Banyoles, desde aquellos primeros monjes que en el siglo IX construyeron las acequias artificiales para desaguar el lago hacia el río Terri, secar las ciénagas y aprovechar el agua. Los usos han ido variando: agrícola –con unos huertos urbanos y periurbanos que todavía se trabajan incansablemente–, industrial –molinos harineros, traperos, papeleros, fragua de cobre– y doméstico –agua de boca, riego, limpieza. Precisamente, este último uso dio lugar a otro elemento arquitectónico característico de Banyoles: los lavaderos públicos y privados, de los que se conservan unos sesenta a lo largo de las acequias. Saneadas tras una etapa de alta contaminación, las acequias discurren ahora en parte bajo tierra y en parte visibles, canalizadas por los travertinos, atravesando huertas y parques o flanqueando calles. La ruta del Rec Major permite seguir su curso desde los Banys Vells, a orillas del lago, hasta el Molí de la Farga (molino de la fragua).

  1. Rec d'en Teixidor a su paso por la antigua fábrica de harina en la ronda de Fortià.
  2. Rec Major. Salto de agua en Cal Nocaire que se puede visitar haciendo la ruta del Rec Major.
  3. Rec Major. El Límite es una construcción que servía para regular el caudal de agua.
Dar la vuelta al Estany de Banyoles es una actividad cotidiana para muchas personas

Todas las poblaciones tienen un espacio de paseo y socialización por excelencia, pero los bañolinos no nos andamos con migajas: nuestro paseo básico consiste en un itinerario circular i plano en forma de ocho que bordea la masa de agua continental más grande de Cataluña. Esto supone una gran ventaja respecto al resto del mundo en términos de salud, socialización y disfrute estético y natural, porque durante estos casi siete kilómetros, que se pueden hacer caminando, corriendo o en bicicleta, las ocasiones para confraternizar, observar el paisaje, la fauna y la flora, o simplemente embelesarse con los cambios de color del lago, se multiplican. Para los que quieren más, el recorrido se puede alargar con paradas en las lagunas, las fuentes, los miradores o la iglesia románica de Porqueres, entre otros puntos de interés.

¿Y cómo no íbamos a bañarnos?

Una masa tan grande de agua despierta un deseo irrefrenable de sumergirse en ella. ¡Pero cuidado! El baño está restringido a tres puntos, todos situados al lado este Estany de Banyoles: la Caseta de Fusta, de acceso público y gratuito, dotada de servicio de socorrista; los Banys Vells, un espacio de bar y terraza que incluye la posibilidad de acceder al agua, y el Club Natació Banyoles, una instalación deportiva con entrada de pago para los no socios. Si lo que queréis es cruzar el lago nadando, podéis participar en la Travessia de l’Estany, en la que cada septiembre cientos de nadadores recorren los 2.115 m de longitud del lago. Con ganadores tan ilustres como Mireia Belmonte, esta competición celebró en 2018 su septuagésimo quinto aniversario, contando con hasta 2.700 inscritos.

Todas las poblaciones tienen un espacio de paseo y socialización por excelencia.
  1. Dar la vuelta al Estany de Banyoles es una actividad cotidiana para muchas personas.
  2. La zona de baño de la Caseta de Fusta.
  3. La vuelta al Lago se realiza a través de un agradable paseo con unos paisajes incomparables.
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