El Puig de Sant Martirià y el mirador de la Creu es un espléndido mirador del Estany de Banyoles y de la comarca, de 242 metros, al norte de la villa. Ofrece una visión completa en 360 grados que permite situarse geográficamente y orientarse según el conocimiento de las montañas.

Es el mirador por excelencia del Pla de l’Estany, desde donde se contempla una extensa panorámica que incluye los Pirineos y el Prepirineo, especialmente representados por el Canigó y por la Mare de Déu del Mont, hacia el norte, el Alt Empordà hacia el este, el Baix Empordà y las Gavarras hacia el sur, y la Cordillera Transversal, con Sant Patllari en primer término y Rocacorba en segundo, hacia el oeste.

Sobre el Puig de Sant Martirià se hallan las ruinas del Antiguo Convento (s. XVII), el solitario roble d’en Teixidor del Terme y uno de los pocos campos de olivos que sobrevivieron al año del frío, 1953, que mató a gran parte de los olivos de la comarca.

En las vertientes más soleadas del monte encontramos bancales abandonados con chaparra, fenazos, matorrales de romero, retama y tomillo, y algún pie de olivo. También crecen algunas rañas de pinos y alcornoques, y se conservan algunos retales de la vegetación original de robles en las partes más húmedas.

El Antiguo Convento 

El Antiguo Convento tiene su origen en la ermita de Sant Martirià, patrón de la ciudad, existente desde antes de 1279. A partir del año 1582 el lugar fue cedido a los capuchinos, que edificaron un convento donde se veneraban las reliquias del santo, entre los años 1583 y 1638. Entre 1638 y 1808 fue ocupado por los servitas y después se demolió por motivos estratégicos. En 1649, y hasta hoy, el culto al santo pasó a la iglesia del monasterio de Sant Esteve.
 

Ubicación