Con ocasión de la celebración del Campeonato del Mundo de Remo 2004, se construyó la zona de llegada de regatas, que incorpora uno de los miradores más emblemáticos del recorrido que da la vuelta al lago.
Los arquitectos Josep Cargol y Ricard Turon proyectaron unas gradas vegetales y un mirador que durante la competición sirvió de torre a los árbitros. Las gradas están formadas por piezas de piedra de 3 colores distintos que se integran en el terreno. El mirador de madera recuerda las construcciones nórdicas de estilo minimalista y respetuosas con el entorno.